jueves, 7 de abril de 2016

Todo es segùn el color del cristal con el cual mires

Según el color del cristal con que lo mires”.

Pienso que la frase de Campoamor es manifestación fiel del Relativismo, la doctrina filosófica que viene desde la Grecia Clásica y que mantiene que existen tantas verdades como personas hay en el mundo, ya que la verdad depende de los factores físicos, psicológicos o culturales que inciden en los juicios que cada persona hace de la realidad.

A partir de esta filosofía, un mismo objeto puede ser hermoso o no serlo, en función de quien lo observa; una persona puede ser, matando al mismo hombre, un héroe o un asesino y una sociedad puede ser siendo la misma, pobre o muy rica.

Probablemente, en la cultura occidental el Relativismo está metido hasta lo más profundo de nuestra herencia genética y  hemos llegado a creer que podemos decidir, legítimamente, por mayoría, si algo es bueno o malo, si es hermoso o es feo, si alguien es rico o no lo es y, hasta estamos capacitados para decidir si existe o no existe Dios.

En la televisiòn una desconocida cuenta su relación con un famoso y mediático estafador y cuando se le pregunta si no le avergüenza contar esas intimidades responde: ”yo lo único que quiero es que se me reconozca, si esto me da cámara….”. Y se supone que no debemos conceptuar este tipo de opiniones porque es su libre elección de vida, quien soy yo para juzgar?
En las ocasiones en las cuales alguien quiere hacer referencia a una persona impoluta se cita como ejemplo a la madre Teresa de Calcuta, se la usa como una figura necesaria, pero ella fue una persona de carne y hueso que entregó su vida en pos de lo que creía, los que la nombran,  instan  a seguir su ejemplo? 
Entienden y trasmiten que si una sola persona puede hacer la diferencia, una sociedad, un grupo puede transformar el mundo? Alguien habla de la necesidad de ideales en lo cotidiano? Porque declamar en charlas de café, no implica poner en práctica.
Ahora, el Papa Francisco está en boca de todos: “un ejemplo de tolerancia y perdón”, “siempre estuvo entre los pobres”, “una vida de rectitud”, “un ejemplo de elección de camino”. Que implica seguir su ejemplo? 
Y no estoy hablando de la parte religiosa, sino de la integridad, la honestidad, el compromiso con un ideal.
Los discursos se mezclan, y los grises predominan y mandan.
Sugiero permitirnos una conciencia reflexiva que me deje la puerta abierta a reflexionar sobre la posibilidad de que puedo estar  transformándome en un objeto de otra conciencia que funciona y existe,  como un otro que me interpela desde un supuesto relativismo.
Por eso sostengo que el color puede cambiar por el cristal que se interponga, pero el objeto definitivamente sigue siendo el mismo, y me pregunto si las interpretaciones que hacemos de èl no son influenciadas por el miedo a ser juzgados de inflexibles, de intolerantes.
Y entonces me pregunto si no tengo derecho de decir a quien me juzga: “todo es según el color del cristal con el cual se mira”.

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